lunes, 16 de junio de 2014

Nuestra conducta alimentaria ¿Es adecuada?



Podemos valorar los hábitos alimentarios como más o menos saludables teniendo en cuenta los componentes de la dieta (proteínas, hidratos de carbono, fibras,…) la frecuencia del consumo de los alimentos y la forma en la que elaboramos la comida.

Además de estos componentes, son también de gran importancia otros elementos: velocidad con la que se ingieren los alimentos, el tiempo que se destina a las comidas, que actividades se llevan a cabo mientras se come, las medidas de higiene, el entorno físico y social, el grado de hambre a la hora de ingerir alimentos, si comemos de pie o sentados, estímulos que señalizan el inicio de la comida,…

Con respecto a los tres descritos al principio, vamos a centrarnos en el primero, la dieta. La cantidad y tipo de alimentos que ingerimos durante el día, para tener una dieta equilibrada y que nos aporte la energía suficiente, va a depender de muchos factores. Entre ellos estarían: sexo, altura, periodo vital (niño, adulto, anciano, embarazada,…), grado y frecuencia de práctica de ejercicio físico. Para saber qué tipo de dieta nos viene mejor si queremos empezar un plan de alimentación diferente para perder o aumentar peso, es adecuado consultar con un dietista o nutricionista. 

Generalmente, todos llevamos una alimentación que hemos aprendido a lo largo de los años. Lo normal es que los individuos se alimenten de una forma adecuada y no desarrollen problemas de salud, pero aquellos que no tengan una buena relación con la comida, que lleven a cabo unos hábitos de vida no saludables o que no conozcan que cantidades deben comer según su constitución, detectarán diferentes problemas en su organismo.


Con respecto a la frecuencia, lo ideal es comer de todo un poco sin excesos ni déficits.

Finalmente, la forma en la que elaboramos los alimentos es muy importante. No es lo mismo cenar unas papas fritas con pechuga de pollo empanada frita, que coliflor cocida al vapor y una pechuga de pollo a la plancha. El número y tipo de kilocalorías que se ingieren en el primer plato van a ser muy distintas al del segundo. Los alimentos que comemos durante el día y la forma de prepararlos va a ser muy importante a la hora de llevar unos hábitos de alimentación buenos.

Estas tres cuestiones son competencia de profesionales como los dietistas o nutricionistas, para más información acerca de cada caso en concreto (metabolismo, edad) contactar con ellos.

Luego, tenemos las otras variables que enuncié en el segundo párrafo, variables que están relacionadas con el comportamiento y de las cuales si puedo aportaros algunas ideas.

Hay una serie de factores a los que no se les presta mucha atención y son de gran importancia. Estos son, la masticación, horario de las comidas, tiempo que se destina a comer y forma en la que se come.

  • La masticación: se realiza en la boca y es aquí donde comienza a producirse la digestión. Debemos masticar la comida varias veces y comer despacio para favorecer el proceso digestivo y favorecer las señales de saciedad. Además, si los alimentos llegan bien masticados al estómago, también mejorará el proceso digestivo del estómago. Suele suceder que las personas dejen muchas horas de por medio entre comida y comida, entonces cuando llega el momento de alimentarse, hay una sensación de hambre muy intensa y comen rápido. Para evitar este tipo de situaciones, hay que comer los tentempiés entre comidas grandes (un tentempié no es picotear unas galletas y una chocolatina, un tentempié es un alimento que nos va a aportar energía suficiente para aguantar a la otra comida, con nutrientes buenos y que realmente nos sacien, como sería comer frutas, queso tierno, unos pocos frutos secos,…).
  • Horario de comidas: Hay personas que comentan lo difícil que es mantener unos horarios para comer estables, pero si se quiere, se puede hacer. El desayuno no debería ser un problema, basta con levantarse un poco antes y dejar las cosas preparadas la noche anterior, con esto podremos desayunar alimentos que nos aporten energía durante la mañana. Al igual que los más pequeños se llevan al colegio su bocadillo, los adultos pueden llevarse al trabajo su tentempié para no pasar hambre. Si tu trabajo coge las horas del almuerzo, puedes tratar de llevarte comida de casa preparada la noche anterior. Hay un motón de ideas de tupper para comer en el trabajo. El tentempié de la tarde no suele ser un problema, hay que tratar de tomar alimentos que nos aporten energía para el resto del día, pero que sean alimentos buenos, sin exceso de grasas. La cena, si trabajas de tarde, cuando llegas a casa estás tan derrotado que no vas a preparar una musaka, pero si hay platos sencillos para preparar rápido o platos que puedes tener preparados del día anterior. Lo ideal es evitar los platos preparados (de supermercado), sólo tomarlos cuando no hay más opciones y muy de vez en cuando. Como dije unas líneas más arriba, no hay que abusar de ningún alimento. Con respecto al desayuno, es verdad que hay muchas personas que manifiestan que no pueden ingerir nada según se levantan, que tienen que esperar unas dos horas para poder tomar algo. Existen trucos que nos ayudan a adelantar la sensación de hambre para acostumbrar a nuestro organismo a desayunar. En otra entrada al blog, trataré de comentar alguno de estos trucos.
  • Tiempo que se destina a comer: Este apartado va en relación al tema de la masticación, ya que si tenemos tiempo para comer, lo haremos más lento. Al comer rápido no le damos tiempo al organismo a detectar la comida y a generar señales de saciedad. Además, no sólo es importante comer lento por la digestión, sino también por el disfrute de los alimentos. No olvidemos nuestro sentido del gusto.
  • Forma en la que se come: Aunque no le demos importancia, no es lo mismo comer de pie que sentado, viendo la tele, que charlando con los demás de la mesa o trabajando mientras se come. Hemos obligado a nuestro organismo a atender a más de un estímulo al mismo tiempo. Comemos mientras realizamos otras actividades y eso nos lleva a no prestar atención a la rapidez con la que comemos, al sabor de los alimentos y a nuestro propio disfrute. Comer de pie es signo de comer con prisas y además, nuestro cuerpo está prestando atención a mantenernos de pie y a comer mientras comienza el proceso digestivo. Ver la tele mientras comemos, puede llevarnos a comer más cantidades de las que realmente necesitamos, ya que no estamos prestando atención a lo que nos llevamos a la boca.
Las recomendaciones generales suelen ser, comer sentado, con otras personas a ser posible, lentamente, sin ver la televisión y prestando atención a lo que nos llevamos a la boca, saborear los alimentos y masticarlos bien y finalmente disfrutar del alimento.

He procurado no extenderme mucho y daros unas indicaciones generales de hábitos saludables de alimentación. Procuraré seguir ampliando esta información más adelante para que cuenten con más conocimientos con respecto a este tema. Para cualquier duda, pueden preguntarme o acudir a cualquier profesional en este campo. 

Finalmente me gustaría añadir a modo de introducción para otra entrada, que no debemos olvidar la importancia de practicar deporte, aunque sea un poco, ya que nos va a ayudar a tener un corazón sano y unos pulmones fuertes.

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